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La sexy dancer: Sandra Begué

Es un estilo de baile relativamente nuevo. Combina el jazz con movimientos sensuales y bastante provocativos. Es el sexo convertido en danza. El sexy dance es un arte difícil de perfeccionar y una de las mejores representantes de este género es Sandra Begué. Una bailarina realmente sexy.

Cuando Sandra Begué baila es casi seguro que se forme una ronda de personas alrededor suyo para mirarla, observarla y quedarse maravillados con los movimientos sinuosos y rectos de su cuerpo. Ella es bailarina de sexy dance, jazz y street jazz. Su cabello y sus altísimos tacos son sus principales formas de seducción en la danza. Es una tempestad total de sensualidad, energía y gran destreza a la hora de bailar.


A los 4 años Sandra fue matriculada, por su mamá, en el club de gimnasia artística “El Olivar”. El principal motivo, fue que hiciera deporte y desarrolle la coordinación motora y psicomotriz. En la gimnasia las mujeres tienen cuatro categorías o formas de competición: suelo, barra, viga y saltos. En suelo y viga es necesario realizar una pequeña coreografía artistística denominada “dril”. La bailarina tenía 11 años cuando llegó un profesor de ballet a su club para realizar la coreografía de sus driles. Él vio potencial en ella para el ballet. Fue en ese entonces que se inició la aventura de la danza.


El ballet requiere de la máxima disciplina y constancia. Esta danza clásica puede ser un poco traidora y algo soberbia. Se le puede dedicar miles de horas de entrenamiento, pero si tus caderas, hombros, tobillos y demás articulaciones del cuerpo no rotan lo suficiente, pues simplemente no estás hecho para el ballet. Si tus empeines al momento de estirarlos no sobresalen como una papa y forman una línea perfecta desde la punta del dedo gordo hasta la cadera, pues no estás hecho para el ballet. Si tus saltos no son elevados o sufres una lesión grave, no estás hecho para el ballet. Si eres una mujer con busto grande o trasero muy prominente, dile adiós al ballet.


Sandra, en plena adolescencia y un cuerpo bastante desarrollado, se comenzó a sentir incomoda en el ballet. Le pedían que adelgace y redujera tallas. La guapa morena tiene un cuerpo poderoso, posee armas corporales de seducción que otras mujeres pagarían miles de dólares por tener. En la danza clásica estas armas no son bienvenidas. La sexy dancer comenta que se sentía disgustada. El ballet y su cuerpo no iban en sintonía. Incluso ella tenía la necesidad de expresarse bailando en otros estilos; no tan encasillada, de maneras más desenfrenadas y provocativas. Dice: “El ballet te restringe mucho y yo quería que mi cuerpo experimentara otras sensaciones, lo querían moldear a un patrón en el cual me sentía limitada”.


Sandra disfrutaba del ballet. De hacer mil “tandius” (mover el pie hacia adelante estirándolo y siempre tocando el suelo formando una línea perfecta) “plies y demi plies” (agacharse con los talones abiertos y juntos, soportando todo el peso en los muslos) al día. Estos son pasos típicos del ballet que a simple vista pueden parecer fáciles. Sin embargo realizarlos a la perfección formando equilibrios y líneas impecables es una labor de mucho sudor, dolor y tiempo.


La sexy dancer estudió en la academia de Lucy Telge. A los 16 años fue que Sandra empezó a sentir que su creatividad corporal estaba siendo restringida y dejó la escuela. A puertas de acabar el colegio decidió estudiar nutrición en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. El sueño del ballet había culminado, pero su pasión y formas de expresarse ella misma en la danza estaban intactas. Es así que emprendió cursos en otras facetas rítmicas; primero la danza contemporánea, luego el jazz y el sexy dance.

El jazz y el sexy dance terminaron por fascinarla. Decidió inscribirse a los cursos de D1, escuela que dirige la consagrada bailarina peruana Vania Masías. Mientras estaba en los primeros ciclos de su carrera universitaria ella fue alumna de jazz, sexy dance y hip hop. Rápidamente mostro cualidades y gran destreza para bailar.



Sandra remplazó a su profesora un par de clases, ya que esta tenía que ausentarse. Esa fue la primera vez que enseño y se sintió muy a gusto. Poco tiempo después su maestra le cedió ese grupo para que pueda desarrollarse más como coreógrafa. Fue así como se volvió en instructora de sexy dance.


El tiempo, la constancia y el amor por la danza hicieron que Sandra Begué se volviera una bailarina profesional. Una de las grandes decisiones de su vida llegó cuando la escuela D1 realizo una audición destinada a bailarines profesionales, para que estos sean parte del elenco de la compañía. Fue seleccionada, pero esta nueva faceta en su vida llegó con cambios. Dejó la universidad para poder dedicarse a tiempo completo a ser una gran bailarina. Tuvo que tener mucho más disciplina para ensayar y siempre intentar perfeccionarse a sí misma.


La sexy dancer tiene 25 años, un cuarto de siglo, y ha bailado más de la mitad de su vida. Se ha dedicado a cultivar y dominar su cuerpo prácticamente desde que aprendió a hablar y caminar. Tiene un vida dedica al control absoluto y voluntario de cada uno de sus sentidos, huesos, músculos, ligamentos y tendones. Toda esa práctica y maestría se ve reflejado en sus bailes; en la calidad y elegancia de sus movimientos.




La gran experiencia de Sandra como bailarina fue a los 23 años, cuando se entero sobre la compañía de baile californiana “RichFam”. Ella audicionó en el proyecto “Rich Girl$” para ser parte de esta agrupación. El formato de la audición consistía en subir videos a Youtube donde ella apareciera bailando. Realizó la prueba sin muchas ilusiones. Fueron 500 las chicas de todo el mundo que mandaron sus videos, pero como no tenía nada que perder y mucho que ganar decidió participar.


El sistema de la audición para el “Rich Girl$” fue seleccionar primero a 100 bailarinas. Poco a poco fueron eliminando a la mayoría hasta que eligieron a cinco. “Ra”, como le dicen sus amigas, no obtuvo el primer lugar en el concurso, pero quedo dentro de las 5 primeras. Fue suficiente para irse durante 3 meses a Los Angeles y ser parte de la compañía RichFam.


Para ella fue una experiencia increíble. Supo mejorar mucho como profesional y aprendió infinitas técnicas de baile, coreografía y entrenamiento. Además la energía, entrega y amor por la danza en la compañía hizo que se encontrara a sí misma. Entendió que es el baile su total pasión y la gran herramienta profesional que posee.


Vi a Sandra por primera vez en un especulo artístico llamado “Memorias”. El show usaba la técnica del “soundpainting”, que es el uso de un lenguaje de señas para la creación improvisada en vivo de diversas artes. Esta obra juntaba a actores, bailarines, músicos y dos pintoras. Todos siguiendo las señas corporales que daba el director en escena.


A penas ella comenzó a moverse, no pude despegar mis ojos de su figura. Baila con pasión; sus movimientos son muy fuertes y a la vez sutiles. Es bastante coqueta, y la danza que crea acompaña perfectamente toda esa sensualidad. Salió a escena junto a 3 bailarines más, ella vestía un conjunto blanco de una tela muy similar a la seda. Las tiritas blancas que colgaban en sus hombros, por instantes de furor en el baile, se deslizaban hasta sus codos; una picara sensación que excitó a más de un caballero y dama en aquel teatro.


La danza, tiene infinitas formas de expresión, técnicas y estilos. Sandra seduce cuando se mueve, pero no de una manera convencional. Ella baila empoderada de sí misma. Sus brazos se trasladan de forma imposible, pero con control milimétrico. Se ondea y tensa sin dificultad. Hay orden y desenfreno en un solo movimiento. Llega a ser impresionante la contorsión y solidez de sus desplazamientos. Una bomba sexy que se activa al sonido de la música.

La sexy dancer tiene dos herramientas que la hacen una bailarina muy especial: su cabello y sus tacos. Estos elementos son recurrentes en sus bailes. Ha llegado a perfecciónalos con el tiempo y son una marca personal en ella. Cuando mueve su pelo negro y ondulado se genera un poderoso torbellino de energía. Menea el cuello con gran habilidad. También es una especialista sobre tacos, incluso si estos son tamaño 12, siempre bailará con mucha maestría. Estas dos características en su danza exacerban la sensualidad de Sandra. Es imposible que cuando baila, la imaginación no vuele y te la imagines en tu cama bailando para ti, en una noche de mucho sabor.


En uno de los videos que Sandra ha colgado en Youtube, donde además se encuentra algunas de sus coreografías, se puede entender lo que significa para ella la danza: “no hay nada más hermoso que vivir tus sueños cada día, solo el hecho que pueda bailar, expresar y compartir este regalo es lo que me hace sentir como bailarina y me hace seguir luchando y esparciendo mi amor por esto…”


Conocí a Sandra en el cumpleaños de un amigo en común, tuve la suerte de bailar un momento con ella. Me sentía totalmente amenazado con semejante pareja de baile. Luego de conocerla y conversar con ella, me di cuenta que era una persona sencilla, con muchas metas en la vida. El trabajo diario que realiza, plasma todo el esfuerzo que dedica a consumar esas ambiciones. Posee un gran sentido del humor y ello la hace aún más cautivadora. Tiene unos labios rojos hermosos, color sangre, que parecen hechos con un pincel muy delicado.


Un lunes por la noche, alrededor de las 10 pm, acompañe a Sandra a la filmación de una de sus coreografías. Terminaron de grabar a las 2:30 am. Fueron 4 horas y 30 minutos de esfuerzo para un video que no iba a tener una duración mayor a dos minutos. Ella había tenido un día difícil, tuvo clases en D1, ensayo para un musical y dictó clases particulares a un grupo escolar; además, estaba angustiada porque su papá no estaba bien de salud. Ante todo, ahí estaba ella, dedicándose y poniendo empeño a aquello que más le gusta hacer; bailar.


Sandra, apenas llegó al lugar de grabación, comenzó a ensayar la coreografía planificada. Perdía poco tiempo en cosas externas, trataba de no entretenerse mucho y estar enfocada en su trabajo. Tiene disciplina y seguramente esa es la clave de su éxito. La sexy dancer en varias ocasiones comentó que ama su profesión. Ese es el motivo por el cual pone todas las energías y concentración a su arte. Ella quiere dedicarse a la danza por siempre; y siendo una disciplina tan exigente, no hay mucho lugar para las distracciones.


En una fiesta profondos en Barranco, donde la mayoría de personas que asistieron eran bailarines de ritmos urbanos (hip hop, sexy dance, dancehall, etc); todos poseían algo que ya había observado en ella, las ganas de expresión a través de la danza. Ese sentimiento era fuerte y la energía también era muy poderosa. Aquella noche el Dj de la fiesta puso la canción “Anaconda” de la artista Nicky Minaj. Sandra, de forma muy espontanea, comenzó a bailar una coreografía que ya conocía. Es un tema con un argumento de exuberante excitación, el baile también lo fue. Se creó un círculo alrededor de la bailarina y termino entre aplausos. También aplaudí, con la boca abierta.


Actualmente sigue trabajando en D1 como profesora de jazz y sexy dance. También ocupa un cargo administrativo. La contactan para que baile en conciertos de artistas internacionales como Maluma. Trabaja como coreógrafa de forma particular y también para obras de teatro y musicales. Por ejemplo ahora mismo es coreógrafa y bailarina en el musical Av. Larco que dirige Giovanni Ciccia.


Tiene una “crew” de baile. La crew es un grupo de personas que se unen para formar un grupo y desarrollarse entre sí. La suya se llama –Stamina- y es uno de sus orgullos. Tiene un tatuaje en el hombro izquierdo con el nombre de la agrupación. Intentan juntarse por lo menos una vez a la semana para crear nuevas coreografías y mejorar como bailarines.


¡Peligro! Hay que tener cuidado cuando Sandra se dirige hacia ti como “rey” o “reina” o peor aún, cuando te dice “reisito” o “reinita”. Son sus formas disimuladas de hacerte saber que está perdiendo la paciencia contigo y es probable que saque las garras. Detrás de toda esa sensualidad hay una mujer con carácter fuerte. Es una líder.


Los atributos de Sandra sobresalen a simple vista. Es guapa, talentosa, amigable y excelente bailarina. Verla bailar es todo un descubrimiento sensorial de los 5 sentidos. Genera mucho placer observar a la sexy dancer hacer aquello que le apasiona y sobre todo hacerlo muy bien.

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