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La presión social y los años hicieron que en su adolescencia dejara de trasvestirse. No podía llegar al colegio con falda o andar en tops frente a sus padres. Le gustaban las mujeres pero de vez en cuando tenía encontrones casuales con figuras masculinas. Era muy abierto en su sexualidad y lo que menos le importaba era ponerse una etiqueta.

 

Frau Diamanda le debe mucho a su época. Su inspiración estaba en el universo andrógino que envolvió el mundo del espectáculo en los años ochenta: Madonna, Cindy Lauper e Indochina.

 

-Visualmente mi cultura viene mucho del video clip, era normal ver a hombres que parecían mujeres en la televisión de señal abierta.

 

En ‘No Heldem’ los hombres y las mujeres se vestían muy parecido. Muy apretados, con faldas, jeans, con el pelo largo y súper maquillados. Descubrir esta escena musical fue un gran quiebre en la vida de Héctor y de Frau, qué ya se venía gestando dentro de él. No conocía a nadie. Se emborrachaba solo, bailaba solo y  regresaba a su casa solo.

 

Una noche Héctor vio a “un grupito de locas” que le llamaron mucho la atención. Dos divas que pisaban las fiestas New Wave en Lima, tenían mallas negras, botas militares, casacas de cuero, el pelo muy largo y un maquillaje perfecto y completamente recargado; marcaban la diferencia en el lugar, iban un paso más allá que el resto. A Héctor le costó cierto trabajo integrarse a este grupo, pero finalmente se fue acercando y conoció a Eduardo Bermejo y a Giuseppe Campuzano.

 

Eduardo y Giuseppe fueron claves en el paso que daría Héctor: de la androginia al travestismo. Ambos le llevaban cierta ventaja en la exploración femenina que llevaban a cabo. Este trío no se enriquecía de experiencias comprando maquillaje y ropas femeninas. Leían mucho, compraban discos, e iban al cine; todas soñaban con ser las chicas del cineasta español Pedro Almodóvar. Ser de clase media les permitía acceder a diversas formas de cultura, eran jóvenes acomodados que no se preocupaban si tenían algo que comer cada día. 

Frau Dimanda  por Alberto Valderrama Pixelika en 2012 

Vestido de negro, pantalones apretados, botas grandes y un maquillaje que lo mostraba totalmente pálido, y que contorneaba su amplia quijada y su largo mentón, una delgada silueta se dirigía a la discoteca "No Helden", ubicada en el Jirón Chincha del centro de Lima.

 

Era Héctor Acuña, estudiante de traducción de la Universidad Ricardo Palma, un muchacho que nunca tuvo amigos en el colegio y fueron pocos en la universidad. Los días que salía por la noche tenía que regresar a su casa en Independencia, alistarse y volver a salir únicamente con su conciencia (y a veces sin ella), a buscar diversión en la movida nocturna New Wave de Lima. Aún no era Frau Diamanda pero se acercaba a serlo.

 

- Yo he crecido en un matriarcado, mi madre era el eje de la familia, mi padre sujeto a ella y todas mis hermanas mayores son mujeres. El universo femenino siempre me ha sido natural.

 

A los años ocho años frente al espejo inmenso que estaba ubicado en el cuarto de sus hermanas, Héctor se probaba los largos vestidos de las mujeres de su casa. Los que más le llamaban la atención eran los blancos y largos, como los que las niñas usaban en su primera comunión. Los pantalones acampanados y otras ropas de los años setenta fueron sus primeros atuendos de mujer. Héctor siempre lo hacía en secreto, no quería que nadie interrumpiera su exploración. No sabía si estaba bien o mal lo que hacía, pero no quería ser molestado.

esteban.mmarchand

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Esteban Marchand

No todas las drags mueven los labios al ritmo de Madonna y se paran en un escenario frente a un público gay que bebe vodka en un miraflorino antro de ambiente. Algunas nacen de la escena más subte y llegan a codearse y presentarse en galerías de arte junto a una élite intelectual de clase media con una copa en la mano. Frau es glamorosa, sus atuendos son perfectos y llamativos, su arte es complicado de entender, pero muchos lo disfrutan. 

crónicas

Postiza, glamorosa e intelectual

PERFIL : DRAG QUEEN FRAU DIAMANDA

Redactor

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Frau Diamanda en la sesión de dibujo Dr. Sketchy's Lima. 

Cuando Héctor se travestía y conseguía una pareja sexual no le preocupaba nada porque su hombre sabía que ese era un cuerpo postizo, que a la mañana siguiente se iba a despertar sin maquillaje, sin peluca y con un rostro masculino. Héctor no utilizaba chaires; que son espumas para formar el cuerpo travesti y dar caderas, culo y tetas, así que su ‘destravestismo’ era menos impactante. Eduardo era otra cosa, su masculino cuerpo requería de una gran transformación, las espumas salían volando cada vez que se desnudaba.

 

Eduardo murió de sida en 1998; le dio una neumonía. Si bien para Héctor, Giuseppe era el más inteligente, Eduardo hubiera tenía un futuro prometedor, era el más producido y estéticamente de quien más aprendió. Héctor tuvo que encontrar en Giuseppe un mejor amigo, un alma más cercana, andaban de arriba para abajo.  Ambos disfrutaron de toda la impresionante colección de ropa, maquillaje y pelucas que Eduardo, o La Duda, les dejó antes de morir.

 

Héctor ya era un travesti desde el 92, pero Frau Diamanda nació en 1999, cuando la revista Somos le hizo un reportaje. Se decoloró el cabello a un nivel cero, color choclo, y luego se puso un tinte rojizo que quedó naranja, como el de David Bowie. Fueron tres cambios de ropa, pero en la impresión solo salió una foto, la crónica la escribió Jeremías Gamboa y consistía en una visita guiada por Miraflores a cargo de varias drag-queens, entre ellas Frau y Giuseppe.

 

Esta crónica marcó la carrera de Frau como una drag-queen. Las intervenciones que ella hacía en espacios públicos solo eran vistas por un grupo pequeño de personas. La nota de Somos le dio pantalla, un grupo mucho más grande de personas sabía quien era Frau Diamanda. Ella se convirtió en un “objeto interventivo”, por eso es que nace cuando aparece en los medios.

 

Unos meses antes, Giuseppe consiguió un libro titulado ‘The Drag Queens of New York: A Field Guide’ que contaba las historias de las principales drag-queens de esa ciudad. Allí ambos se percataron de una tradición: muchas reinas se ponían título antes del nombre. La artista Diamanda Galas fue su primera inspiración, pero le faltaba anteponer algo más a ese nombre. Frau en alemán no solo significa señora, también significa mujer, es un término mucho más amplio. Le gustó la combinación y fue ahí que nació Frau Diamanda.

 

Con el tiempo, se empeñó en que todos los que la habían conocido como Diamanda la empezaran a llamar Frau.

 

- Leo Bacteria, un amigo, fue el primero que me empezó a decir Frau, ya no Héctor ni Diamanda sino Frau. Mis sobrinos ahora me dicen Frau. Yo creo que empecé a tomármelo en serio con esa nota.

 

Gracias a un novio que tuvo por cuatro años, Frau Dimanda empezó a formar parte de una banda de música electrónica analógica no comercial llamada Jardín. Con Jardín es que empezó a subirse a los escenarios y hacer performances al ritmo de los sonidos, o ruidos, más extraños de la capital. Frau hizo varios contactos y llegó a ser la drag favorita

en el Centro Cultural España, donde realizó una infinidad de proyectos y despertó la envidia de otras reinas que requerían tocar miles de puertas para financiar sus propios proyectos.

Un pasamontañas negro que resalta sus inmensas cejas llenas de brillos, sus pestañas sombreadas con un color muy oscuro para darle un aspecto fuerte a lo poco que se puede observar de su rostro.  Vestía un traje andino de color rojizo, y un manto verde neón. Una faja ajustaba su cintura y sujetaba una larga pollera del mismo color de su blusa, Frau llevaba puestas unas botas color negro y empuñaba un fusil.

 

Transita dando vueltas a paso marcial por el público al ritmo de una música electrónica. Agarra el fusil, apunta y se pone de cuclillas. Se para y empieza a correr formando varios cuadriláteros. Repite esta escena tres veces por todo el Centro Cultural España. Frau desaparece del patio principal, vuelve y de una bolsa extrae hojas de coca que deja caer alrededor de una silla.  Aún no para la música y ella marcha rodeando la silla. Se  inclina y finge disparar al público. Da otro giro, desaparece del escenario, regresa con un machete y destroza la silla al tercer golpe.

 

Es Frau Diamanda en su performance ‘Transversiva Post Andina Revolucionaria’, inspirado en la fotografía de la Comisión de la Verdad y Reconciliación que muestra a una mujer rondera empuñando un fusil bajo el marco de una puerta. Es un homenaje a una mujer campesina que ha tomado las armas y ha luchado contra Sendero Luminoso y contra el Estado.

 

- Es un personaje que tuvo trascendencia, el video de la performance me lo compraron para el Museo Reina Sofía en el 2011.

 

 

Frau Diamanda en una de sus performances en el Mega Plaza del Cono Norte.

‘Transversiva Post Andina Revolucionaria’

Fotógrafo: César Delgado Wixan

Frau se codeaba, y hasta ahora lo hace, con la alta esfera artística nacional e internacional. Gracias a su personaje se presentó en España. Y en Argentina pudo conocer y compartir escenario con la cantante Alaska.

 

Pero Héctor no tiene un drag como el que podemos ver en la televisión o en el famoso reality estadounidense RuPual Drag Race. No pone la pista de una canción y hace fonomímica o lip sync mientras baila y menea las plumas. Sí usa plumas, pero las emplea para crear un concepto y un personaje con un trasfondo social.  Es un drag, pero es un drag denso y post moderno.

 

Héctor perdió a La Duda y a Giuseppe por culpa del sida. Sus dos hermanos, con quienes empezó a explorar el universo del drag. Ahora ellos ya no están entre los vivos. Frau cada vez ha ido apareciendo menos y Héctor ahora se desempeña como DJ en distintos eventos artísticos en la capital o en fiestas privadas. Está por cumplir 15 años como drag, son muchos más de los que lleva explorando este universo, pero ella los cuenta desde 1999, desde que apareció en los medios. Ahora no solo es drag, es DJ porque le sale más a cuenta, sigue sin ir a discotecas gays porque no encaja y no le gusta.

 

- Prefiero irme a un concierto punk al centro de Lima que estar escuchando Lady Gaga. Si voy a un montón de bares de ambiente es porque trabajo, hago mi show y me largo inmediatamente.

 

Frau es distinta y Héctor también. 

Eduardo vivía en San Borja y tenía auto. Recogía a Héctor y a Giuseppe e iban a su casa para intercambiar conocimientos; nuevas técnicas de maquillaje, probarse algunos vestidos y comentar lo nuevo que habían aprendido, alguna novedad de la semana. Giuseppe y Eduardo tenían maquillaje y ropa de mujer. Le prestaban todo a Héctor, la nueva del grupo.

 

 

Primero solo se vestían de negro y así fueron adoptando una imagen cada vez más femenina. Cuando ya empezaron a dominar los polvos, las sombras y el rubor a la perfección fueron explorando con colores y es cuando la drag en ellos empezó a surgir.

 

Los tres tenían una vida normal: Héctor iba vestido a su universidad como cualquier chico. Eduardo, que estudiaba diseño gráfico en la John Logie Baird, también se vestía como hombre, al igual que Giuseppe. Solo adquirían el personaje cuando salían a la calle a algunos eventos como fiestas o exposiciones de arte.

 

Héctor tenía 25 años cuando murió su mamá. Él se encontraba en plena fase de exploración, no solo con el travestismo y su cuerpo, también con el sexo y las drogas.

 

- Mi mamá fue como algo que tuve que vencer, fue una lucha. Es duro, pero yo creo que si mi mamá no hubiera fallecido, probablemente Frau Diamanda no hubiera existido nunca. 

 

Cuando su madre murió hubo una crisis en su familia, tuvo que aprender a la fuerza a valerse por sí mismo. Ya nadie le daba dinero para sus gustos, él mismo se los tuvo que pagar. Dejó de ser el engreído y dejó de estar sobreprotegido.

 

A mediados del 92 Héctor se travistió completamente por primera vez. Eduardo le prestó ropa y se maquilló para salir a la calle. Héctor sintió temor de meterse de lleno al mundo del travestismo, hasta ese momento no había sido tan radical. Fueron a una fiesta New Wave en Lima donde todo el mundo ya lo conocía y pese a que eran abiertamente homosexuales, los respetaban, nadie se metía con ellos, quizá porque les tenían miedo o porque no entendían lo que hacían.

 

Héctor nunca salió a buscar zapatos, un vestido y maquillaje para ser drag, no tomó la decisión en un día y salió a comprar todo, fue un proceso. Cada vez la ropa tenía que ser más potente, más experimental y más arriesgada. Siempre tenía que adaptar las prendas de sus hermanas, de su mamá o de sus compras en la cachina. Entre los tres competían por quien se veía mejor, quien se gileaba al mejor chico de la noche y quien confrontaba más a la sociedad con su personaje.

 

Sendero Luminoso les era indiferente. En esa época Héctor era un joven que solo quería divertirse, drogarse y explorar su cuerpo.

 

-Como no nos tocaba de cerca, solo nos jodía que nos apaguen la luz por las bombas y los toques de queda, porque no podíamos seguir divirtiéndonos.

 

La escena New Wave era frecuentada por muchos artistas, periodistas y figuras de la televisión. Si bien este espacio contracultural era caleta, iban mucha gente conocida. Es por eso que todas estas amistades les permitieron acceder a espacios culturales artísticos impensables para otras drags limeñas, sobre todo en esa época en que la homofobia y el entendimiento de lo que es una drag era mínimo.

 

Un body dorado que le cubría todo el cuerpo, unas plataformas negras, una boa de plumas rosadas y azules, una peluca negra de estilo afro y mucho maquillaje; este era el look con el que Frau visitaba los eventos artísticos en los noventa. Su rostro se destacaba por sus ángulos, se dibujaba chapas alargadas debajo de cada pómulo y se colocaba sombras amarillas en los párpados para iluminar su mirada, y azules debajo de los ojos para darles mayor intensidad.  

 

La galería a la que más iban  era ‘Parafernalia’ ubicada en Surquillo. No hacían una performance, solo querían emborracharse y divertirse, y que, por supuesto, todos las miren y les tomen fotos.

 

Los lugares que frecuentaban también aumentaron, decidieron ir a las discotecas gays miraflorinas como ‘Studio One’ y ‘The Cage’. En estos lugares eran consideradas las escandalosas, las otras locas las veían y las insultaban. 

 

- Nos decían las metaleras, no nos querían, pero era una intervención más.

 

También descubrieron un mundo gay en el centro de Lima, mucho más popular o como Héctor la llama: más bagre. A esos antros iban con la finalidad de cazar hombres, nuevamente competían por quién se levantaba al más guapo del lugar.

 

- La atracción sexual era inevitable, pero si te ibas con alguien a dormir al día siguiente ese sujeto vería tu realidad.

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